Del exquisito número de pinturas de Van Dyck que seleccionó Felipe IV y dio noticia la Memoria de Velázquez y la Descripción del Padre Santos para adornar las estancias mas bellas de El Escorial, en los últimos años ha sido posible localizar varias perdidas o extraviadas después de la invasión napoleónica[1]. El lienzo de La Virgen y el Niño estaba en el marasmo de aquellos años o tenida por copia del pintor por múltiples motivos que intentamos razonar.
Ignorado el lienzo en las monografías del pintor y catálogo de su obra[2], estaba en fecha próxima a la vida del pintor, bien documentada y gozando de sentidos elogios, en las cuatro ediciones de la Descripción de El Escorial a que entregó todo su esfuerzo el padre Francisco de los Santos, y Velázquez en la tan discutida Memoria. En El Escorial ve la pintura Fray Francisco de los Santos en el atrio de los Capítulos en 1657: (…) y otra de nuestra Señora con el Niño en los braços, que es de mano de Vandic y de mucha excelencia, diò el Rey Filipo Quarto, para que no haya Pieça en esta Casa, que no estè enriquecida con sus cuidados[3]. Prueba que Felipe IV la donó directamente. Todas las pinturas reunidas en aquella pieza tenían la misma medida; esto es: de alto más de vara y media; y de ancho más de una vara [4]. Aproximadamente algo más de 130 x 90 cm. Pero no estaba sólo en páginas del padre Santos, también debió verla Velázquez sin precisar su asunto. Lo reconocemos implícito entre:“las cinco por acomodar, respecto de que sus tamaños no han sido los convenientes y así han sido puestas en los capítulos mientras lleguen otras que se esperan para que todas tengan lugar”[5] esto escribe Velázquez en la Memoria que se le atribuye de 1656.
De hecho La Virgen y el Niño vino junto con la Virgen el niño y los pecadores arrepentidos que don Rodrigo Núñez de Guzmán II duque de Medina de las Torres regaló al rey[6]. Este noble personaje fue su primer propietario. Hoy ha sido posible demostrarlo en dos inventarios de su colección, registrados en dos momentos: 1641 y 1649[7]. Durante su mandato como virrey de Nápoles (1637-1644) y poco antes del envío a Madrid. En estos no se asocian con los lienzos de El Escorial. La Virgen y el Niño consta en el inventario de la colección del noble español en 1641 así: [82] “Una Madonna con un Bambino di palmi sei d´altezza, cinque con tutta la cornice indorata di mano del detto”. Esta partida esta citada a continuación del registro de la Virgen Jesús y los pecadores arrepentidos también de Van Dyck, destinada a la Antesacristía de El Escorial en las mismas fechas[8]. Nuevamente en el segundo inventario de 1649 con errónea atribución a Rubens, a continuación del otro lienzo citado, con el que marcha a la par en el listado de los inventarios: “Una Madonna vestita di rossa, et manto torchino con un Bambino in braccia sopre un panno bianco co´cornice indorata et detto sopre tauola opera di rubens”[9]. Desde aquí pasa pronto al monasterio de El Escorial. Vendrán luego los testimonios (adelantados en estas páginas) del padre Santos y de Velázquez sin cambiar de lugar en los Capítulos durante mas de siglo y medio.
El padre Santos en las ediciones que siguen a la primera narra con mas precisión las pinturas del conjunto del atrio de los Capítulos: Al otro lado sobre la primera Puerta, corresponde al San Iuan [de Ribera] vn original de Antonio Vandic, que es vna Nuestra Señora con el Niño en los braços, de mucha valentía y excelencia. Todos estos son de vna medida [de alto mas de vara y media, y de ancho mas de una vara][10]. Al otro un Salvador de Tiziano; Las Bodas de Caná de Veronés, y todas “son dadiva a esta Casa de su patron, y Dueño el Señor Rey Filipo Quarto el Grande, que quiso enriquecer estos capitulos, como lo hizo en la Sacristia, y en otras partes, para que no huuiesse en el mundo mas que vèr en materia de adornos de Pintura, assi como en lo demàs ay muy poco que se pueda poner en comparación”[11]. Las cuatro restantes son la Anunciación de Federico Barrocci; San Jerónimo de Lorenzo Lotto (como Tintoretto); una copia de la Virgen con el Niño, Santa Catalina y San Sebastián, de Corregio; y un Martirio de Santa Justina de Lucas Giordano que entrará posteriormente[12].