Claro

Oscuro

En el siglo IV a. de C. escribió Aristóteles:Antiguamente, cuando el mismo hombre llegaba a ser demagogo [= conductor del pueblo; caudillo] y estratego [= jefe militar], se orientaban los cambios hacia la tiranía, pues la mayor parte de los tiranos antiguos han surgido de los demagogos. La causa de que esto ocurriera entonces y no ahora, es que entonces los demagogos salían de los jefes del ejército (ya que aún no había oradores profesionales), mientras que ahora, con el auge de la retórica, los que tienen capacidad y facilidad de palabra conducen al pueblo [demagogos], pero debido a su falta de experiencia en los asuntos de la guerra, no se alzan en armas.”(1)

Ya en 1748, Charles-Louis de Secondat, barón de Montesquieu, escribió: “Las costumbres y las maneras son usos que las leyes no han establecido, o que no han querido o no han podido establecer. Entre las leyes y las costumbres existe esta diferencia: las leyes regulan más las acciones del ciudadano, mientras que las costumbres regulan, más bien, las acciones del hombre. Entre las costumbres y las maneras existe esta diferencia: las primeras conciernen más bien a la conducta interior y las otras al exterior. A veces, en un Estado, estas cosas se confunden. Licurgo* [mítico legislador en Esparta; s. IX a. de C.] dictó un mismo código para las leyes, las costumbres y las maneras; y los legisladores chinos hicieron lo mismo.”(2)

Seguimos con Montesquieu (1748): “La mayoría de los pueblos de Europa están todavía gobernados por las costumbres. Pero si por un largo abuso de poder, si por una gran conquista, se estableciera hasta cierto punto el despotismo, no habría costumbres ni clima que se mantuvieran; y en esta hermosa parte del mundo, la naturaleza humana sufriría, al menos por un tiempo, las injurias que se le infligen en las otras tres.”(2)IX»] [«XIV»]

Con los oídos bien abiertos para la embaucadora Psique del demagogo Rousseau y bien cerrados para la prudencia del inteligente espíritu de Montesquieu, el «psiquismo» moralista de Immanuel Kant (1784) sugirió e invocó la intervención de los Estados (por medio de la ley) con objeto de poder “considerarnos moralizados[…] para lo que se requiere una vasta transformación interna de cada Comunidad en orden a la formación [del modo de pensar] de sus ciudadanos” (3). La interconexión «psico-racionalista» moderna entre el individualismo religioso-filosófico [Lutero – Descartes] y el colectivismo filosófico-político [Rousseau – Kant – Fichte/Hegel – Marx] es intelectualmente insoslayable. En sorprendente coherencia metafórica con lo escrito por Aristóteles, la anterior serie «política» (en realidad «anti-política»), comienza con un demagogo pre-político (Rousseau) y termina con un demagogo post-político (Marx) convertido en (para-militar) estratego de la Historia. La cosmovisión de Marx proclama, abiertamente, que la “violencia es la partera de la Historia”(4) y convoca a los trabajadores, como clase necesariamente triunfante, a intervenir en esa «lucha histórica» mediante el “derribo violento de todo el orden social existente”(5). [«XXIII»]

Del riguroso análisis «psico-sociológico» de los Partidos Políticos efectuado por Robert Michels (centrado en los socialdemócratas alemanes del SPD), entresacamos hoy las siguientes citas (1911): [«XVIII»]

1.- “Los socialistas [son] los más fanáticos entre todos los partidarios de la idea de organización(6).

2.- “La conducta general de los líderes de los Partidos y la fraseología típica que emplean (cuyos ejemplos podríamos multiplicar) bastan para ilustrar cuán fatal resulta la transición de una autoridad derivada del «favor del pueblo» [y el] sistema que, en la historia francesa, conocemos con el nombre de «bonapartismo ».”(6)

3.- “La estrecha semejanza entre un Partido «de lucha» y una organización militar se refleja en la terminología socialista, tomada, especialmente en Alemania, de la Ciencia Militar. […] Bebel [líder del SPD] y Engels [teórico y líder del Comunismo], especialmente éste último, podrían incluso ser considerados como autores esencialmente militares.” (6)

4.- “Quizá quepa decir que no hay un sólo líder partidario que deje de pensar y de actuar y deje de afirmar -si tiene carácter franco y temperamento vivo-, siguiendo el ejemplo de “Le Roi Soleil”  [“El Rey Sol” ]: “Le Parti c’est moi”  [El Partido soy Yo ]”.(6)XXVI»]

Y ahora llegamos al Führer (=líder, guía, conductor, jefe, «demagogo ») Adolf Hitler. Esta persona, de inteligencia y ambición crecientes, era un penetrante y paciente observador, con una fina y personalísima capacidad para el análisis psicológico de relaciones y maniobras empleadas en la lucha por el Poder. Pasó más de 20 años de su vida destilando conclusiones comprensivas a partir de frecuentes lecturas(7) e incesantes observaciones directas (iniciadas en Viena en 1906-08)(7)  sobre el violento, conflictivo y enrarecido ambiente «psico-ideológico» en la partidocrática Alemania de su época. Actuando como «hombre de confianza»(7) de servicios de información, espionaje y propaganda del ejército, Adolf Hitler entró en contacto con el Partido Obrero Alemán (DAP). Se afilió (o, mejor, fue afiliado) al Partido en septiembre de 1919(7); con él, ese Partido sumaba entonces tan solo 55 miembros. Poco después, con Hitler como Führer, el Partido fue renombrado: Partido Nacionalsocialista Alemán de los Trabajadores (NSDAP).  En agosto de 1934, tras liquidar a más de 200 opositores, incluyendo al propio jefe de las SA, el nazi Ernst Rhöm, más del 90% del electorado (unos 38 millones de personas) apoyaron su auto-nombramiento como sintético Presidente, Canciller y Führer demagogo-estratego») del Estado-Nación alemán. [«XXIX»]

Ese Führer se apresuró a liquidar las dudas respecto a la preponderancia institucional entre  el «Poder-en-sí» del Partido y el «Poder-en-sí» de su propio «sí-mismo». Proclamó ante sus correligionarios: “Sí, el Führer, sí,…, pero el Partido es otra cosa,…, ¡¡No, señores, el Führer es el Partido y el Partido es el Führer!! . (8) O, lo que es lo mismo y dicho con las palabras atribuidas a Luis XIV, el “Rey Sol”: “El Estado es el Führer”.XXX»]

El «Poder-en-sí» es, en metáfora, un violador «hilo negro» que ha atravesado violentamente la vida humana desde su origen. Podríamos, por eso, compararlo con el «negro hilo» que sostienen las Parcas pintadas por nuestro genial Francisco de Goya (mitológicas diosas del «Destino»«fatum»- en Roma -Moiras para los griegos-, cuyo fatídico Poder era temido hasta por los poderosos dioses).  Es normal que el Führer (personificación histórica de ese «Poder-en-sí» indiviso y descontrolado) nos señalara al que venimos denominando «Estado-Dinero» (violento e impersonal «Poder-en-sí»), en su libro «Mi lucha», con esta parca definición (1924-25): “Es la organización de una comunidad homogénea en naturaleza para cumplir el destino que le hubiese sido asignado por la Providencia. Éste y sólo este es el objeto y el significado del Estado”.(9) Y, casi parafraseando a Montesquieu, también nos presenta al Estado como un sintético Licurgo* legislador; escribió el Führer: “lo que la costumbre corriente es para la vida en general  […] es la ley para el Estado” .(9)

Continuaremos tirando de ese hilo negro. Sólo la Libertad Política puede romperlo.

(*) Licurgo: legislador de Esparta al que se atribuye el origen de un estricto régimen de carácter comunal y militarista. Según Plutarco (Vidas Paralelas): “Los lacedemonios añoraban a Licurgo [porque en él] había cierto natural dote para el mando y habilidad para guiar a la gente” (podríamos decir que era un «buen demagogo»). Las fechas en que vivió son dudosas.


(1) ARISTÓTELES. “Política”. Ed. Tecnos, Grupo Anaya, S.A. 2008.

(2) barón de MONTESQUIEU, Charles-Louis de Secondat. “El espíritu de las leyes”. Ed. Losada, S.A. 2007. [ed. orig. 1748].

(3) KANT, Immanuel. “Idea para una Historia universal en clave cosmopolita”. En libro “¿Qué es la Ilustración?” Alianza Editorial, S.A. 2011. [Ed. original 1784].

(4) cita en ARENDT, Hannah. “Karl Marx y la tradición del pensamiento político occidental”. Ediciones Encuentro, S.A. 2007.

(5)  MARX, Karl; ENGELS, Friedrich. “Manifiesto del Partido Comunista” . Alianza Editorial, S.A. 2012. [edic. original 1848].

(6)   MICHELS, Robert. “Los Partidos Políticos (I y II)”. Amorrortu Editores, S.A. 2008 [Ed. original 1911].

(7) MASER, Werner. “Hitler”. Editorial Acervo. 1995. [Ed. original 1971].

(8) FEST, Joachim; HERRENDOERFER, Christian. “Hitler. Una biografía”. Documental en DVD. Interart Silmbeteiigungs. 2008. [Ed. original 1977].

(9)  HITLER, Adolf. “Mein Kampf “  [“Mi lucha”]. Librería El Galeón. 2002. [escrito 1924-25].

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