Claro

Oscuro

Continuemos, amigable lector.

La “guerra de todos contra todos”(1) (1651; «XXXV») que escribió (más bien se «auto-prescribió»), como con tinta de sangre, la temblorosa mano de la desconfiada, pragmática y «racio-animal-mente» astuta «Psique» de Thomas Hobbes sobre el frontispicio de su edificio conceptual «limbo-simbólico», en realidad, ¿qué clase de «guerra» era?; ¿o era, acaso, ya entonces, una clase de «guerra de clases»?

Porque si afinó lo suficiente en su sincera, miedosa y frígida astucia «psico-onanista», casi jugando al «yo-yó» de su propio «Poder-en-sí» como individuo «mono-ántropo» [tal como tiempo después jugaría consciente y explícitamente la «Psique» de Hegel –convertido ya en vidente universal- Psique-Espíritu-III»)]; porque si, interesada y oportunista, además, para conjurar su servil «psicomiedo universal» invocó al Supremo «Poder-en-sí», al Poder estatal, al Estado-Leviathan(1) (como hicieran después los muy ilustres, racionales e «iluminados» «contra-revolucionarios» franceses y la «estadólatra» «Psique» de Hegel «XIII»). Porque si, en fin, tan meticuloso era, algo tendría que concebir o inventar para darle a todo su tenebroso cuento materialista un fundamento «racional-mentalista»; un fundamento, a la vez y por tanto, atomizador y totalitario, pues «tanto-monta-como-monta-tanto» (el «regressus»(2), el ¿«progressus»(2)? y la «holización»(2) de los que nos hablaba el profesor D. Gustavo BuenoII»; «VII»]).

Y, efectivamente, la zigzagueante y «racio-astuta Psique» (¡esa vulpeja!) hobbesiana, no se refería a una especie de guerra prehistórica, primitiva o atávicamente natural entre hombres o «proto-hombres», como veremos al final del artículo. No, no; esa meticulosa «Psique» se refería, juzgando, prejuzgando, condenando y «pre-condenando» (o sea, creyendo «tener “la” Razón»), a todos y cada uno de los seres humanos hasta su tiempo nacidos y, después, a los por nacer; se refería, insistimos, totalitariamente, a la “condición del hombre”(1), convertido en invertido «contra-sí»; en monstruo auto-destructivo; en idólatra del «NO». Y también se refería, con racionalista («psiquista») y juzgadora coherencia «atomizante», «”al derecho de naturaleza […] y la libertad de cada hombre para usar su propio poder”(1) (a cada «yoico» hombre «auto-antropófago»). De esta forma, el desconfiado Thomas se anticipó, también, y aunque fuera sin querer, al metafísico y «súper-mega-racional» «homo-autónomo» de Immanuel Kant [«XII»]; al «mono-ántropo» legislador que, vociferando, se agitaba, enjaulado fuera del Universo universal, en su “Fundamentación para una metafísica de las costumbres” -1785-.

Sí, sí; también se anticipó el inglés Hobbes al muy «juicioso» alemán Kant, a quien el germano Karl Marx calificó, en 1873, casi certeramente, como “filósofo de la Revolución Francesa”(3); olvidándose de J.J. Rousseau, quien no dudó en llamar mentirosos a todos los hombres excepto a sí mismo; pues el «gran» J.J. (1754) “había creído leer la Historia [del «hombre»] en la «Naturaleza», que no miente nunca(4)XXIII»]. Se adelantó, sí, Thomas, al pacificador universal Immanuel Kant, ese «súper-hombre-mega-filósofo» paisano de nuestra amiga Hannah Arendt. Un Kant que, como Hobbes, invocó al Estado-Leviatán («los Estados») para dirigir a los atomizados homínidos “Hacia la paz perpetua” (5) (1795), partiendo de una premisa aún peor que la de Hobbes: “Dada la maldad de la naturaleza humana…” (5); un Kant que, tan cínico como embustero, escribió: “La política dice: sed astutos como serpientes”(5). ¿Hacia la Paz sin Libertad y, por tanto, sin Política? Jamás, jamás. ¡¿Qué sabía Kant de Libertad?! ¡Si apenas dijo nada de provecho (de Amor) en su despótica «racio-moral» obsesiva; obsesionada como estaba con el «poder-deber-hacer», tan legisladora como dictatorial! ¡Si había invitado a los Estados, ya en 1784, a «moralizar y educar» “para la vasta transformación interna de cada comunidad en orden a la formación de los ciudadanos”(6)! Y no se quedaron a la zaga Hegel y Marx. Éste último, concretamente, embriagado de «su» omnisciente cientifismo historicista, escribió (1873): “[la crisis general] meterá la dialéctica en la cabeza incluso de los niños mimados del nuevo Sacro Imperio Germánico de la Nación Prusiana.”(7)

¡Sí, sí, …, claro, claro, todos ellos, cada uno de ellos; y otros tantos como ellos, todos tienen «“la” Razón»!.

Nos dice Richard Tuck  (2013) que Hobbes, en 1657, con la astuta finura que caracteriza su escritura, expuso, en una carta a un “admirador francés”(1a) , lo siguiente: “Habiendo meditado un poco sobre el asunto, es mi parecer que ahora hay, y siempre la ha habido, una guerra de mentes, en lo que se refiere a opiniones y sentimientos, y que esta guerra es exactamente igual que el estado de naturaleza. Por ejemplo: ¿no suele ocurrir que entre los miembros de un Parlamento único, cada hombre, teniendo una opinión diferente y estando convencido de que lleva «razón» [la minúscula es de Hobbes; la cursiva y las comillas españolas -« »-, nuestras], mantiene obstinadamente su opinión contra la de sus colegas? Por tanto, existe una guerra de mentes, emprendida por todos contra todos. De la misma manera, en la filosofía hay muchos maestros de doctrinas y muchas sectas diferentes. Cada uno piensa que ha encontrado la «Verdad» [la mayúscula y las comillas españolas son nuestras] e imagina que todos y cada uno de los demás están equivocados.”(1a)

Víctor Hugo (en “Los Miserables”; 1862) expresó atinadamente (y con bellas palabras, «cuasi-poéticas» -cuasi-proféticas-) eso mismo, refiriéndose, en lugar de a «sectas filosóficas», a los «Partidos» [«XXVI»]. Y, ya en nuestra época, y dentro de la «programada Transición española» [«XXVII»],  adoptando ahora (¿casualmente?) un lenguaje típicamente mafioso, Adolfo Suárez llamará a las «formaciones políticas» que, instaladas en el Estado-“Leviatán” , y viviendo en, de, por y para «Él» [«Estado-Führer»; «XXXIII»], o sea, a los Partidos Políticos (en realidad «anti-políticos»; «Selección inversa»); los llamará, digo, «familias políticas» [«XXXIV»].

¡Cuánto cuento, Madre mía Psique-espíritu»], cúanto cuento; cuantísimo cuento; y, Nosotros [«Libertad-personificación»], como si enajenados fuéramos por la estúpida «estupidez» de la «Psique» de KantXXV»], que corregimos en el «XXIX», sin darnos cuenta! [«Libertad-preparación»]. Nosotros, ingenuos, creyendo que avanzábamos por la senda de la Libertad, resulta que retrocedemos [«Contralibertad-regreso»] o, si se quiere, avanzamos retrocediendo [otra vez al «XXIX»].

Amigable lector, continuaremos. Continuaremos luchando contra esa aberrante aberración de la “guerra de todos contra todos”(1); esa «clase» de guerra que alimenta a toda «clase» de Poder y a «su soberano pensa-miento» [«III»]. Porque, como dijimos, todo «pensa-miento» ideológico («psiquista») [«IX»]; todo pensamiento materialista sin Amor; toda ideología «de Poder», comienza a mentir (y a «matar»; [otra vez «III»]) nada más empezar [otra vez «Psique-Espíritu»-III»]. El «Poder-en-sí» es la «ultima ratio» (razón última) de «sí-mismo»; o sea, es su propia «prima ratio» (primera razón). Y, como siempre dispone del «poder-hacer» para tener «”la Razón”», cree (y «hace-creer», porque «puede») que todas sus mentiras («contra-Verdades») son Verdades («contra-mentiras»). [«Verdades-mentiras»].

(1) HOBBES, Thomas. “Antología de Textos Políticos: del Ciudadano y Leviathan”. Ed. Tecnos (Grupo Anaya, S.A.). 2013. [Ed. original: “Del ciudadano”: 1642; “Leviathan”: 1651].

(1a) TUCK, Richard. Estudio de contextualización” [de la vida y obra de Thomas Hobbes]. 2013.

(2) BUENO, Gustavo. “El mito de la izquierda. Las izquierdas y la derecha”. Ediciones B, S.A. 2003.

(3) ARENDT, Hannah. “Conferencias sobre la filosofía política de Kant”. Espasa Libros, S.L.U. 2012. [Conferencia; 1970]. [Citando lo escrito por Marx en el “Prefacio”  a la 2ª edición de “El Capital”  [1873].

(4) ROUSSEAU, Jean-Jacques. “Discurso sobre el origen y los fundamentos de la desigualdad entre los hombres (y otros escritos)”. Editorial Tecnos (Grupo Anaya, S.A.). 2010. [escrito 1754].

(5) KANT, Immanuel. “Hacia la paz perpetua. Un esbozo filosófico”. Ed. Biblioteca Nueva, S.L. 2005. [Ed. original: 1795].

(6) KANT, Immanuel. “Idea para una historia universal en clave cosmopolita”. En libro “¿Qué es la Ilustración?”. Alianza Editoral, S.A. 2011. [Ed. original: 1784].

(7) MARX, Karl. “Epílogo a la segunda edición de «El Capital»”  [1873]. En “Karl Marx. Escritos sobre materialismo histórico.”  Alianza Editorial, S.A. 2012.

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