Claro
Oscuro
Estimados amigos, seguidores, y repúblicos defensores de la libertad política colectiva,
A pesar de que el asunto que me dispongo a tratar y exponer considero que quedó resuelto de forma meridianamente clara y sustentada jurídicamente en el artículo “Legitimidad y honor” que publiqué, y posteriormente en este comunicado, es conveniente que sintetice y exponga, no una relación de razones, sino de la verdad de los hechos, para contribuir a la claridad de la cuestión. Espero que de este modo no pueda quedar ya la más mínima sombra de duda o de sospecha sobre mi honor, y se pueda observar de forma clara que no soy un traidor por mantener la dignidad del legado de Antonio García-Trevijano Forte.
- Las personas que se hacen pasar por la Junta Directiva en distintos comunicados privados que están enviando, no son en absoluto parte del MCRC. Se han apropiado de forma evidente e indiscutible de la lista de asociados y de ese modo es como están pudiendo contactar con todos ellos. Por lo tanto, y en contra de lo que afirman, son ellos quienes hacen mal uso de los canales de comunicación que han sido sustraídos indebidamente, es decir, robados. No tienen una legítima autorización para estar haciendo uso de esas bases de datos. Cualquier persona que esté recibiendo esas comunicaciones, debe saber que proceden de personas que han traicionado los principios fundadores del MCRC.
- El carácter fraudulento y constitutivo de un delito de estafa que realizaron al convocar en Asamblea a unas pocas decenas de asociados, es uno de los hechos jurídicamente irrefutables por el propio procedimiento formal e irregular que se siguió. La más obvia de todas las mentiras explicadas se observa con la ausencia de actas de constitución de comités electorales o de nombramiento de personas para ellos. Pero por si eso no bastase, serviría con señalar el hecho insólito y sin precedentes en la historia de la asociaciones o incluso en las empresas comerciales en todo el mundo, de que lo haya realizado una persona después de su dimisión. Esto, por sí solo, debería de bastar a cualquiera para ver como algo ridículo y bochornoso que una persona que dimite se haga pasar ahora por Presidente de la Asociación.
- Las personas que están realizando este fraude y este engaño, ya confiesan en su último comunicado distribuido privadamente, que son las responsables de que el Diario Español de la República Constitucional del que jamás ha sido titular el MCRC, haya dejado de funcionar en el nombre de dominio de Internet que antes tenía. Y esto lo han realizado pocas fechas antes del 10N en donde se convoca a los españoles a ratificar listas de partidos.
- Los procedimientos contradictorios de expulsión a los que hacen referencia, carecen por completo de validez al no haber sido instruidos por una Junta Directiva legítima, además de estar sostenidos por juicios de valor y cuestiones que no son de carácter probatorio o acordes con lo previsto por los estatutos del MCRC redactados por Antonio García-Trevijano. No hay por lo tanto alegaciones de unos acusados puesto que es fraudulento todo el procedimiento desde su inicio.
- Es el desistimiento y la renuncia de la mayor parte de integrantes de la Junta Directiva nombrada por Antonio García-Trevijano, la causa de que dicha Junta haya quedado desasistida para poder desempeñar sus funciones de una forma normal o la que hubiese sido deseable. Aquellas personas que no comprendan el verbo “dimitir” (que significa literalmente la renuncia a una misión que se tenía encomendada) es muy difícil que entiendan los hechos presentes ante sus propios ojos.
- Ningún contenido del Diario Español de la República Constitucional ha sido “migrado” (y en todo caso se habría podido emigrar) como se explica en un reciente comunicado de las personas que suplantan la Junta Directiva del MCRC. Para cualquier conocedor de las tecnologías de redes informáticas que se utilizan en Internet, será evidente la diferencia entre el nombre de dominio resuelto por un servidor DNS (y que apunta a una dirección IP) y el propio contenido hospedado en un servidor. La operación que han realizado estas personas con el ánimo evidente de causar un grave perjuicio a la difusión de los contenidos, ha sido la de cambiar la IP registrada en el servidor de nombres de dominio, de modo que deje de ser posible acceder al contenido web. Es el cambio de un simple número, de una dirección de acceso a una máquina física, lo que han cambiado estas personas para que en diariorc.com y mcrc.es dejase de aparecer el contenido como estaba anteriormente y el motivo de que se haya tenido que comprar un nuevo dominio, el actual diarioerc.com para que siguiese siendo público.
- El Diario Español de la República Constitucional fue fundado por Antonio García-Trevijano Forte, y poco después de ello y durante los últimos años, ha sido implementado, programado, diseñado y facilitado a todos los españoles por la persona de Miguel Gómez de la Cuesta. Esta labor altruista y no retribuida por deseo expreso de su autor, es la que ha permitido el funcionamiento de ese órgano de expresión de los principios del MCRC, sin coste alguno para los asociados, durante muchos años. Es decir, es algo debido a la autoría de esta persona, que no es sólamente miembro legítimo de la Junta Directiva del MCRC, sino también es patrono de la Fundación, como así lo quiso expresamente el señor García-Trevijano en sus disposiciones testamentarias.
- Las acciones de difamación que estas personas están realizando contra el honor de Miguel Gómez de la Cuesta, afectan por lo tanto de forma indirecta al prestigio y el nombre de la propia Fundación “Antonio García-Trevijano Forte”. Esto es algo que, por sí mismo, debería de producir el rechazo de cualquier persona leal a la Asociación o al legado intelectual que protege ese Patronato.
Entiendo que, puesto que la parte fundamental de estas cuestiones constituyen un atentado contra el derecho personalísimo al honor, pueda parecer que no sean de la incumbencia de terceros. También comprendo las reservas que llevan a muchas personas a no tener el valor de denunciar públicamente el engaño del que hayan sido o estén siendo víctimas. Y precisamente porque lo comprendo, es por lo que no me indigna la situación del MCRC y que es la que cualquier persona normal puede observar.
Para finalizar este comunicado público y que no se envía por lo tanto por canales privados, tengo que explicar que no pido ninguna confidencialidad o reserva en cuanto a su contenido. Por lo tanto dejo al propio criterio de cada persona que lo lea, la consideración de la pertinencia de divulgarlo por cuantos canales y medios públicos o privados tenga a bien hacerlo. Al contrario de quienes prohíben o tratan de prohibir, mi deseo es la pública difusión y divulgación de todos estos hechos aquí relatados y que sostengo ante cualquier persona con la que sea necesario hacerlo.
Únicamente pueden ser engañados por algo tan burdo y tan carente de lógica o de principios fundados, aquellos que por prejuicios, resentimiento o desconocimiento, quieran o puedan ser embaucados.
Y ahora corran… corran todos a votar!